Este viernes se cumple un año del
asesinato de Ricardo Bazán Zarate. “Ricardito”, como le decían sus seres
queridos, vivía con su familia en el barrio La Favorita, ubicado en la Ciudad de Mendoza. Ese día por la medianoche
fue acribillado por el auxiliar José Alexis Méndez Castro, quien se desempeñaba en la Comisaría 59 de
dicha zona.
Ricardo Bazán Zarate tenía 29 años, trabajaba como albañil y como recolector de basura de la capital de Mendoza. No presentaba antecedentes penales. Vivía con su entonces pareja y esperaban un bebe que finalmente nació tres meses después de su muerte. También tenía dos hijos con su ex pareja.
El hecho causó conmoción en el barrio del oeste mendocino,
suscitando distintos reclamos por la muerte del joven: familiares y vecinos se
agolparon en el Centro de Salud Nº 300, que se encuentra junto a la Comisaría,
y un cuerpo de Infantería debió intervenir para mediar la situación.
Ocurrió el 1° de mayo de 2019, cuando Bazán se disponía a salir de su vivienda para acompañar a un amigo a realizar unas compras. A 50 metros de la vivienda de “Ricardito”, los uniformados de la Comisaría 59ª les frenaron la marcha para identificarlos alrededor de las 22, en el interior del barrio Nueva Esperanza. Pese a que se trataba de vecinos del lugar, los efectivos continuaron con el procedimiento.
Bazán abandona el lugar y comienza una persecución por parte de Méndez. Efectuó 6 disparos y uno de los proyectiles alcanzó a la víctima. Acto seguido, regresó, y junto con los otros dos policías deciden retirarse en forma inmediata del lugar, llevándose al amigo de Bazán y secuestrando su camioneta, argumentando “que el sospechoso se había escapado por el interior del barrios”.
Posteriormente, “Ricardito” fue
auxiliado por vecinos que, luego de escuchar los disparos y los gritos de su
novia (que en esos momentos estaba embarazada de cinco meses), acudieron a su
ayuda. Fue trasladado al centro de salud del barrio La Favorita en la camioneta
de un vecino, donde finalmente falleció.
Gracias a la solidaridad de miembros
de la comunidad que declararon inmediatamente ante el Fiscal de la causa, y una
gran suma de irregularidades de los efectivos que fueron reconocidos en el
mismo centro de salud (entre ellas el hecho de que no se dio la novedad del
operativo ni menos de que hubiera disparado su arma reglamentaria), fue
imputado y detenido el auxiliar José Alexis Méndez Castro.
Si bien en la escena del crimen se halló un arma de fabricación casera (“tumbera”), se cree que la misma fue plantada en el lugar para desviar la investigación. No obstante, cuando los propios compañeros de Méndez fueron trasladados para declarar en una sede judicial, confirmaron que el auxiliar fue el autor del balazo que le quitó la vida a Bazán.
Hoy la causa transita la etapa
final de la investigación. El imputado continúa con prisión preventiva. Se
espera que el caso pronto sea elevado a juicio, siendo un homicidio agravado
por ser el victimario miembro de las Fuerza de Seguridad. El juicio se realizará
por jurado popular y el acusado arriesga
una pena a prisión perpetua.
Lamentablemente, el caso no tuvo la repercusión mediática correspondiente. En este sentido, consideramos que el Gobierno de Mendoza no hizo eco de la gravedad de los hechos. La anterior gestión aseguró que se trató de un enfrentamiento, y sostuvo la ausencia de casos de ejecución extrajudicial (gatillo fácil) en la provincia en dicho período. Nuevamente, alentamos a las autoridades actuales a enfrentar estos complejos casos con celeridad, en pos del beneficio de la sociedad mendocina en general y de los sectores más vulnerables en particular.
Xumek representa como querellante particular a la familia de Ricardo Bazan Zárate en el proceso penal que se lleva adelante y acompaña el reclamo de justicia en el primer aniversario de su asesinato.