22 de marzo: Día Mundial del Agua

El Día Mundial del Agua tiene su origen en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo, conocida como Rio 1992. Se celebra cada 22 de marzo, con el objeto de sensibilizar a la población y también a las autoridades frente a temas de gran importancia, en este caso, la preservación y cuidado del agua.

Estas fechas conmemorativas suelen estar asociadas a acciones específicas. Así, desde 2018 a 2028 es el “Decenio del Agua para el Desarrollo Sostenible”.   La adopción de medidas hídricas de saneamiento juegan un rol clave en cuanto a la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. 

Es de saber que 1 de cada 3 personas no tienen acceso a agua potable. Un sistema de saneamiento y un suministro de agua adaptados al cambio climático, salvaría la vida de mil niños y niñas por día.

En la lucha contra el cambio climático y siguiendo la hoja de ruta trazada por la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible, si limitamos el aumento del calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, podríamos reducir la sequía causada por el clima hasta en un 50%. 

La Conferencia de Rio 1992 representa un gran hito para el derecho ambiental. Deja plasmados varios principios que conciernen la relación entre protección del ambiente y desarrollo, otros relativos a la cooperación, al desarrollo sostenible. Entre ellos instaura el Principio de Participación, reconociendo la importancia de diversificar los actores del Derecho internacional del ambiente incluyendo en la toma de decisiones a los actores privados.

En ese contexto nace la «Agenda 21» como un plan de acción hasta el año 2000, que reposa en la idea que la humanidad está en un momento clave de su historia donde hay que cambiar de rumbo y esa es una tarea que sólo se puede lograr de manera conjunta: organizaciones de la sociedad civil, mujeres, jóvenes, comunidad científica, pueblos indígenas, colectividades locales, agricultores, sindicatos de trabajadores, entre otros, deberán tener un rol activo en la creación de normas jurídicas y políticas públicas que tengan consecuencias sobre la salud, el medio ambiente, las generaciones futuras. 

Por su parte, el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento fue reconocido de forma explícita por la Asamblea de Naciones Unidas en el año 2010. Su mayor visibilización también se refleja en la nueva Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde se ha incorporado un objetivo específico sobre este derecho. (Objetivo 6).

Hay, por tanto, una mayor conciencia de lo que implica este valioso bien colectivo para la vida, de la necesidad de protegerlo de manera especial y de que el derecho al agua implica acceso, disponibilidad y calidad, entre otros factores.

Pero hablar del derecho hace necesario también el abordaje de principios estratégicos de los derechos humanos como son la participación, la inclusión, la igualdad y la no discriminación.

PARTICIPAR ES UN DERECHO

La participación del público en materia de medioambiente va de la mano del derecho a la información, participación y consulta en la toma de decisiones y acceso a la justicia, como así también, el deber de realización de una evaluación de impacto ambiental. 

El principio de participación sirve para proteger el derecho humano a un ambiente sano, contribuye a reforzar la calidad y legitimidad de las decisiones públicas y la eficacia de las políticas sostenibles; sobre todo constituye un elemento de suma importancia para la democracia. 

La Convention d’Aarhus de 1998 sobre el acceso a la información, la participación en el proceso decisional y el acceso a la justicia en materia medioambiental, inspiró las bases del Acuerdo de Escazú para América Latina y Caribe, donde además de los tres pilares fundamentales de información, participación y acceso a la justicia se le suma un cuarto: la necesidad de protección de las y los defensores del medioambiente. 

La corrupción, disimulación de datos, manipulación y negación de información, censura, privación de la participación ciudadana, restricción de la audiencia pública, ausencia de Evaluación de Impacto Ambiental, criminalización de la protesta, represión, amenazas, se han configurado como peldaños en escalada hasta alcanzar datos fatales.

LA VOZ DEL AGUA

Esta realidad nos lleva a preguntarnos: 

¿Cuántos/as defensores/as del ambiente mueren en nuestro continente cada año? ¿Cuántos hermanos y hermanas indígenas? ¿Cuántas mujeres? ¿Cuál es el precio a pagar por hacer oír su voz y la voz de quienes no la tienen? 

Es el rol de la sociedad civil portar la voz de la naturaleza, de la biodiversidad, la voz del aire, de los mares, de la montaña, la voz de los ríos, la voz del agua. Esas voces que hacen eco terminarán por ser escuchadas. 

Frente a esta realidad las mujeres se manifiestan como actores clave en las dinámicas de resistencia y de defensa del derecho al agua y sus territorios. Su papel está siendo fundamental para expresar su desacuerdo con un modelo de desarrollo que considera el agua como recurso económico, y no como derecho. El aporte que están haciendo es necesario y vital; proponiendo una cultura de respeto , con valores de solidaridad y apoyo mutuo, mediante los procesos de diálogo entre actores y las movilizaciones pacíficas.

Así lo han demostrado las “Mujeres de las Asambleas Mendocinas por el Agua Pura”, quienes el pasado 6 de marzo, en el marco del homenaje a Berta Cáceres y su legado, obtuvieron de parte del Senado de la Nación el reconocimiento por su valioso compromiso ecofeminista en la defensa de la armonía con la naturaleza. Y lo recibieron con estas bellísimas palabras:

Somos parte del pueblo que resiste el extractivismo patriarcal sojero-minero-petrolero.

Somos el grito que clama por la madre tierra ultrajada.

Somos mujeres ancestras, jóvenes, adolescentes, niñas, disidencias;

Las que estamos y las que siguen estando más allá de la muerte

Como nuestra hermana de lucha, Fabiana Villafañe.

Somos miles de gotas bajando de la montaña,

Un río que rebasó su cauce y ahí va surcando la tierra,

Abriendo caminos, marchando sin tregua.”

Quienes levantan su voz en defensa del derecho al agua son la expresión real, visible y cotidiana de que es necesario avanzar hacia modelos de desarrollo que protejan el ambiente, el territorio ancestral, la identidad cultural; un desarrollo que, en definitiva, garantice los derechos humanos.

En la Jornada Mundial por el agua, hacemos llegar su merecido reconocimiento a todos/as los/las guardianes del agua pura en la provincia, todas las personas que desde años luchan por preservarla. En especial, a todas aquellas que se movilizaron en las calles, en aquel fin de año histórico, asumiendo un rol activo para mantener la vigencia de la ley 7722. 

Sigamos luchando juntos y juntas por un agua libre de químicos, libre de seguir su curso. Por un agua limpia, potable y suficiente para todos y todas, ¡sin dejar a nadie atrás!

Por Área de Ambiente, Área de Pueblos Indígenas y Área de Género y Diversidad Sexual

Foto: Diario Once